jueves, 16 de febrero de 2017

Fructosa, amiga o enemiga

La fructosa, también conocida como el azúcar que se encuentra en la fruta, también está en la miel y es más dulce que la sacarosa.  Se añade a mucho alimentos procesados y se utiliza también en la medicina, principalmente como solución intravenosa "nutriente".

Muchas personas creen que la fructosa es "más sana" porque... a ver... es de la fruta, y la fruta es sana, ¿no?

Pues si, la fruta es sana cuando se consume entero con toda esa fibra, entonces la fructosa no tiene un efecto negativo sobre el cuerpo.

Pero, saca la fructosa de la fruta y se convierte en algo diferente y mucho más peligrosa - piensa en el Jarabe de Maíz alto en Fructosa (JMAF).

Pero primero, vamos a mirar las diferencias entre los 3 azúcares más comunes en nuestras vidas:

GLUCOSA:

La glucosa es el monosacárido más importante y el azúcar de preferencia para el cuerpo.  La glucosa también se llama el azúcar en sangre ya que circula por la sangre y necesita las enzimas glucoquinasa y hexoquinasa para iniciar su metabolismo.  El cuerpo procesa la mayoría de los hidratos de carbono en glucosa para su uso inmediato o para almacenar en los músculos o hígado como glucógeno para un uso posterior.

Cuando se detectan niveles elevados de glucosa en sangre, se libera insulina así facilitando la entrada
de la glucosa en las células.

FRUCTOSA:

Como he dicho al principio, la fructosa se encuentras naturalmente en frutas y verduras, pero también se añade a alimentos procesados como los refrescos y bebidas de sabor a frutas, entre otros.  Sin embargo, tiene un vía metabólica diferente a otros azúcares, y NO es la fuente de energía preferida por el cerebro y los músculos.

La fructosa solo se metaboliza en el hígado y necesita fructoquinasa para iniciar su metabolismo.  La fructosa es más lipogénica - produce grasa, en comparación con la glucosa.  Tampoco induce la liberación de insulina ni estimula la producción de leptina - una hormona clave en la regulación de la ingesta de energía y su gasto.  Esto sugiere que la fructosa se comporta más bien como una grasa en el cuerpo que como otros hidratos de carbono.

SACAROSA:

También conocido como azúcar de mesa, las frutas y verduras la contienen de forma natural.  Cuando se consume la sacarosa las enzimas beta-fructosidasa separa la sacarosa en glucosa y fructosa.  Una vez separadas, cada una sigue su vía metabólica.  Sin embargo, aunque están ingerido al mismo tiempo, el cuerpo prefiere utilizar la glucosa como su fuente principal de energía, y si no necesita la energía procedente de la fructosa, entonces lo convierte en grasa estimulado por la liberación de la insulina en respuesta a la glucosa.

La glucosa es esencial para la vida.  Nuestros cuerpos la producen y cada célula viva la contiene.

La fructosa, por lo contrario, NO es esencial para la vida, el cuerpo no la produce y a través de la historia, solo se ha consumido en su forma natural en la fruta - hasta que empezaron a añadirla a muchos otros "alimentos".

Entonces, como te puede dañar la fructosa?

Pues, una dieta alta en fructosa puede causar problemas para tu salud como; niveles incrementados de ácido rico, que a su vez conlleva ataques de gota y presión arterial alta.  También puede causar la patología de hígado graso que puede desencadenar en la enfermedad de hígado graso no alcohólica.  Resistencia a la insulina que puede llevar a padecer la diabetes tipo 2 es otro problema, y la fructosa no afecta a la saciedad de la misma manera que lo hace la glucosa, haciendo que comes más que lo necesario.  Los científicos en la Universidad de Barcelona han descubierto que la fructosa contribuye a aumentar el riesgo de padecer obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular y derrame cerebral.

Realizaron estudios utilizando ratas y 2 tipos de azúcares simples.  El grupo de ratas que recibieron agua con fructosa ganaron más peso que el grupo que recibió agua con glucosa.  Sus resultados fueron publicados en el American Journal of Physiology Heart and Circulatory Physiology, indicando que las ratas de la fructosa sufrieron efectos más dañinos en su metabolismo y su sistema vascular, hígado graso y un riesgo incrementado de padecer obesidad.

Esto significa que necesitas leer las etiquetas en los productos alimentarios que compres... de hecho, si lleva una etiqueta, no lo compres!

Te puedo ayudar a mejorar tu salud.  Si quieres pedirme una cita presencial (Las Rozas, Madrid) o online (Skype), mándame un email a lucycarr@socialnutrition.com

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