De hecho, nuestro cerebro y nuestro sistema digestivo están muy conectados - tanto que el sistema digestivo es el único otro órgano que puede generar neurotransmisores, y tu cerebro gobierna... pues... todo. Por desgracia puede ser tu cerebro que está saboteando tus esfuerzos heroicos para bajar de peso.
Principalmente hay que recordar que cuando empieces a restringir tu ingesta de comida, tu cerebro literalmente cree que estás muriendo de hambre. La parte fisiológica de nuestros cuerpos no ha cambiado en 10,000 años y hace tantos años atrás nuestros cuerpos fueron creados para aguantar la hambruna. Nuestros ancestros cazadores-recolectores no tenían mucho que decir en cuanto a cuanto ni cuando comerían. Comían lo que pudieron recolectar; frutas y verduras y lo que podían cazar. Esto significaba que a menudo pasaba tiempo sin poder cazar y comiendo solo lo que podían recolectar. Cuando tenían la suerte de cazar un animal, comían todo el animal lo más rápido posible ya que no había manera de preservarlo. Sus cerebros hacían que sus cuerpos almacenasen todas las calorías posibles ya que no sabían CUANDO iban a volver a comer una cantidad "razonable".
Volvemos al presente... y si tienes la suerte de vivir en el mundo desarrollado, la hambruna no es una amenaza para muchas personas y hay comida disponible 24 horas diarias, 7 días por semana. Sin embargo, nuestros cuerpos y mentes todavía creen que viven en un tiempo de hambruna y almacenan todo lo que pueden. Por esta razón, parecen que muchas dietas funcionan al principio. Reduces tu ingesta de calorías y/o cantidad, empiezas a perder peso y de repente después de unas pocas semanas tu ritmo de perdida de peso ralentiza dramáticamente e incluso para. Esto es cuando tu cerebro ha decidido que te estás muriendo de hambre (inanición).
El efecto de la inanición también es debido a la obsesión increíble que generamos en cuanto a la comida cuando estamos a dieta. Un estudio de la Universidad de Rockefeller permitió que los científicos observasen esta obsesión con detalle cuando estudiaron un grupo de pacientes obesos que realizaron una dieta estando ingresados.
Los pacientes desarrollaron algunas de las consecuencias psicológicas y fisiológicas de la inanición debido a una obsesión intensa en cuanto a la comida. Por esta razón, sueñas despierto con la comida cuando estás a dieta. Una vez que los pacientes del estudio fueron dados de alta, volvieron a casa donde había más comida disponible ya que no estaban en un entorno controlado, dejaron la dieta e incluso pegarse atracones resultando en la recuperación del peso perdido.
Esto también ocurre cuando alguien te dice que no puedes comer cierto alimento. Yo me acuerdo cuando hice el test de intolerancias alimentarias, me dijeron que no podía comer trigo - entre otras cosas. En ese momento de mi vida, yo no tenía el costumbre de comer pan y mi ingesta de trigo estaba limitada a la pasta. Pero en el momento que me prohibieron el trigo, de repente empecé a tener antojos increíbles para pan - algo que no comía habitualmente.
Es el mero hecho de que algo - lo que sea, es prohibido que hace que sea más atractivo.
El cerebro literalmente juega un papel principal en cuanto a tu dieta. Está compitiendo constantemente para controlar nuestro comportamiento. Esas voces que se oyen en tu cabeza:
"Venga! Solo uno no hace daño!"
"Has sido tan bueno toda la semana!"
"Pues ahora que has roto la dieta con esa galleta... puedes comerte el paquete entero!"Pero no son solo las voces en tu cabeza animándote a comer algo, el cerebro funciona en parte a base de hormonas. La leptina, también conocida como la hormona de la grasa, está producida por las células grasas y viaja a través de la sangre, al cerebro donde dice al hipotálamo cuanta energía hay almacenada y disponible a demanda. Cuando tienes suficiente energía almacenada esperando, la
leptina en el cerebro hace que la comida sea menos atractiva. Sin embargo, las dietas y la perdida de peso puede reducir los niveles de energía almacenada y los niveles de leptina, haciendo que la comida parece mucho más atractiva. Por eso aconsejan nunca ir a hacer la compra con hambre!
Otro problema con hacer una dieta es el estrés. Si estás pasando por un momento estresante, muchos recomendarían que dejaras la dieta nueva para más adelante. Sin embargo, si tu estrés es debido a tu sobrepeso, entonces poner manos a la obra puede ayudar. Pero, el simple hecho que TU sabes que TU estás a dieta hace que sea estresante.
Resistir la tentación, mantener un plan específico, mantener un diario de comidas o teniendo que contar cada caloría es extremadamente estresante. Y aquí vuelve a aparecer la obsesión con la comida. La restricción calórica produce hormonas de estrés en personas a dieta y esto puede aumentar el peso en lugar de perderlo.
Parece ser que hay dos perfiles de personas a dieta; las intuitivas y las controladas. Los comedores intuitivos son aquellos que escuchan a sus cuerpos y comen solo cuando tienen hambre y dejan de comer cuando están llenos.
Los comedores controlados vigilan lo que comen y analizan lo que van a comer para ver si está bien o si va a producir consecuencias negativas en su peso.
Un estudio llevado a cabo por psicólogos descubrió que los comedores intuitivos tenían menos posibilidad de tener problemas de peso y mantenían un peso estable, y también pasaron menos tiempo pensando en comida.
Los comedores controlados tenían la tendencia de hacer dieta durante largos periodos de tiempo y tenían más tendencia a pegarse atracones por razones emocionales o comer solo "porque estaba ahí".
Y no olvidemos de la fuerza de voluntad - o la falta de! La motivación o la fuerza de voluntad es básicamente lo que nos ayuda a mantener una dieta, pero parece tener un límite. Nuestros cuerpos tienen su propio "rango de peso defendido" y si comemos menos de lo que nuestro cuerpo opina que es necesario para la supervivencia, entonces hará todo lo posible para que comas más, aquí es dónde nuestro sistema de premios entra en acción y volvemos a oír las voces...
"Has sido tan bueno durante tantos días, te mereces un premio!"
Entonces, puedes ganar a tu cerebro? Si! Pero tienes que entrenar a tu cerebro para estar de acuerdo con lo que estás haciendo. Tiene que entender porque necesitas perder peso; razones de salud, etc.., y tienes que hacer el cambio de estilo de vida, no solo un periodo limitado de tiempo, sino la base de tu existencia.
Te puedo ayudar a mejorar tu salud. Si quieres pedirme una cita presencial (Las Rozas, Madrid) o online (Skype), mándame un email a lucycarr@socialnutrition.com
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